«Mi opinión en lo que se refiere al placer es que hay que emplear todos los sentidos» (Sade)
Una llamada imprevista en la noche, tan lluviosa como fría.
– ¿Te apetece un juego rápido? Estoy muy excitado.
-Claro, siempre me apetecen y con este frío más aún.
– ¿Nos lo montamos en el coche? Solo tengo un rato.
-Sí, me provoca mucho. ¿Cuánto tardas?
-Salgo ahora, unos 20 minutos.
-Genial. Impaciente…
-Que llevaras puesto?
-Algo accesible…
– Me gustaría que no llevaras nada debajo del abrigo.
-Voy a congelarme-
-Ya pongo yo la calefacción alta. Y ven muy sexy. –
Me preparo rápido, me maquillo, me perfumo. Cubro mi cuerpo con unas medias altas negras, unos zapatos de tacón negros también, y un abrigo a prueba de temperaturas bajas.
Excitación, impaciencia. Frío en la espera. Vuelvo a ponerme el abrigo y bajo al portal.
Diluvia fuera.
5 minutos- me dice. El tráfico está imposible, pero llego.
Unos vecinos entran otros salen. ¿se pusieron de acuerdo? – Pienso. Si supieran que estoy desnuda bajo el abrigo. Sonrío.
El coche negro parado con las luces me avisa que ya está aquí. Le observó, sonríe igual que yo. Excitación, nervios, algo de timidez.
Besos y mientras buscamos donde dejar el coche sus manos van subiendo por mis piernas, abren el abrigo. Acaba de comprobar que no llevo ropa.
¿Has visto que obediente fui? -Le digo
Si, en todo- me dice
Callejeamos un poco y por fin damos con una calle poco luminosa y nada transitada.
-Ven vamos atrás mejor. –
Ganas multiplicadas por cien.
Besos explorando su piel, me dejo llevar por la situación y por su perfume. Le beso. Busca mi sexo y comienzo a notar sus dedos en mi interior.
Me siento sobre él, desnuda, con el abrigo abierto aún puesto.
Le desabrocho la camisa y el pantalón.
– ¿Quieres sentir mi polla? Me dice
-Si, por favor
Sus manos juegan con mi pecho. Beso su cuello y observo un momento la calle. No hay nadie, solo algún coche que pasa sin dejar huella.
La lluvia ahí fuera y el calor aquí dentro, en el coche, entre mis piernas.
No puedo más, abre tu coño y déjame entrarme susurra.
Me muevo encima de él, siento su excitación, crece en cada movimiento, sus manos en mis caderas. Profundidad. Sed.
Y el placer fue ahí y en ese momento.
Sonreímos.
Aquí no ha pasado nada-le digo sonriendo.
Se viste, me cubro con el abrigo y volvemos a nuestros puntos de origen.
-Muy excitante- Le digo. Y con otro beso nos despedimos.
Á la prochaine!
601 44 61 93
Copyright©2016-18