Hoy me lleno de rojo para ti.
Como cuando clavo mis uñas rojas contra la pared y te siento detrás, muy pegado a mi.
Y respiras en mi nuca, y deslizas mi cabello para poner tu lengua donde antes estuvo tu aliento.
Me visto de rojo, intenso. Con un culotte de encaje como a ti te gusta, un liguero que nace en mi cadera y unas medias que se empeñan en rozar con demasiada alevosía mis muslos, cuando yo solo quiero que sean tus manos quienes se apoderen de ellos.
Mis pies se cubren de rojo. Gracias a tu regalo, unas sandalias rojas de tacón metalizado. Las miro, las rozo y sabes por mi mirada que me acabo de enamorar de su sonido al caminar.
Y mientras continuas apoderándote de mis caderas, de pie y desnudos frente al espejo, comienzo a pintarme los labios del rojo más dulce que pude encontrar. Y es entonces cuando te digo que quiero sentirte muy dentro.
Comienzo a notar tus embestidas, me miras a través del espejo mientras abro la boca y mis gemidos se vuelven rojos también.
Y claro, te pido más.
Más rojo.
Más de eso.
Más tú.
Copyright©2016-20L.S.