Vos, mi lógica cartesiana.
Mi constructo menos reducido.
Mi logaritmo deseado.
La probabilidad más exacta.
Mi estadística más certera.
Llegas con tu piel convertida en formula imposible.
Te digo que penetres mis incógnitas y lo haces a golpe de variables.
Fuertes.
Seguras.
Progresas geométricamente y lo celebro vertiéndome en tu boca.
Te lleno.
Te vas, llenando el espacio de infinitos, aunque sé que volveré a tocarte
y no hablo de la piel.
Regresas aleatoriamente y todos mis ángulos lo celebran.
Vos, mi axioma más excitante.
Coordéname bien dentro. O desordena todo.
Sé mi binomio más exacto,
sin asimetrías que te alejen de mi boca.
«No se puede llegar al alba sino por el sendero de la noche»
(Khalil Gibran)
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