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Septiembre.

Comunicado de verano:

A partir de septiembre estaré de nuevo en mi Madrid. Con sorpresas y novedades varias…

BesoS.

 

Le dije: -Espérame aquí. Confía y regresaré-
Atado contra la columna de un parking cualquiera de Madrid, con los ojos vendados tras un pañuelo de seda negro y con una gota de mi perfume en su cuello, le besé, pasé mi lengua por la comisura de sus labios, baje hasta su barbilla, seguí a través de su garganta, de su cuello tembloroso y paré.
Marzo y poca gente ese finde, aún así se escuchaban voces y algún coche entró sin vernos o eso me pareció.
Me alejé. Porque a veces hay que hacerlo, porque distancia y evolución suelen ir de la mano.
Pasaron minutos o tal vez horas. La cuestión es que el tiempo se transformó sobre él y él ni se inmutó. No se movió, permaneció inerte en la misma posición en la que lo había dejado.
Me acerqué con delicadeza. Sin mediar palabra desabroché su bragueta, palpé su instantánea excitación y se me antojó licuarlo.
Tal cual.
Apenas unos segundos y se derramó entre mis dedos de uñas teñidas de rojo.
-Ahora límpiame- le susurré suavemente.
Llevé mis dedos a su boca entre abierta y con la misma delicadeza que ansía, los relamió.
-Así me gusta-
-Ahora he de irme de nuevo- y me diluí en el espacio-tiempo.
Regresé en el momento preciso.
Me escuchó llegar desde lejos porque esta vez no lo hice descalza, quise que mis tacones anunciaran mi llegada.
Me acerqué a su boca, le olí.
-Me encanta tu paciencia- le dije sonriendo.
Y esta vez quise exprimirle. Hasta el final, hasta que me suplicara «basta», hasta que su dolor se fundiera con el placer menos efímero, hasta que me doliera la mano de tanto apretar.

Quiso hablar.

-Te escucho- le dije.

-Me vas a sacar la leche y las lágrimas-

-Eso deseo- Esta vez tapé su boca con otro pañuelo negro.

Suplicó.
Gimió.
Y me dio igual.
Seguí.

Me traspasó los dedos con su viscosidad.

Continué y cuando él creyó no poder más, dolorido y agotado, de nuevo se me derramó con un suave sollozo.
Sonreí.

Respiró.

Pero debía irme.

-Todo se cura en el atardecer- le dije bajito en su oido derecho.

Esta vez regresé meses después.

Por suerte le había desatado las manos.

 

 

«No sé mirar a otro lado, 

así que tendré que irme a otro

lado”

 

616 692 398

Copyright©2016-20L.S.

 

12 respuestas a “Septiembre.”

  1. Fantástica noticia. Deseando que lleguen pronto las lluvias de otoño , las primeras setas en el bosque…porque eso significará la vuelta de nuestra añorada Diosa Lara.

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